“Uno de los descubrimientos más importantes en la investigación etiológica del cáncer de estos últimos 25 años, ha sido la demostración de que el cáncer de cuello de útero, es causado por el virus del papiloma humano (HPV), de transmisión primordialmente sexual. De esta manera, podemos afirmar que el cáncer de cuello uterino es el resultado final de una enfermedad venérea no resuelta.”
Comienza con estas palabras la introducción del libro “Virus del Papiloma Humano y Cáncer de Cuello de Útero”, de los autores españoles Carreras, Xercavins y Checa.
Sabemos que en el mundo se han producido 493.000 nuevos casos de cáncer invasor y 274.000 fallecimientos en el año 2002 y de éstos, el 83% en países en vías de desarrollo.
Se piensa que la mejora del estado inmunitario podría reducir las tasas de adquisición del HPV y tal vez, la progresión de las lesiones epiteliales producidas.
Según la OMS , a pesar de algunas ventajas biológicas, la mujer se ve afectada en su salud por una situación socioeconómica inferior.
Llevamos sobre nuestras espaldas, la estigmatización de padecer cáncer uterino por ser considerada promiscua, cuando, la realidad de cada una de nosotras, mujeres, seguramente, podría generar como resultado una evaluación completamente distinta así como un intenso y profundo debate que no es éste el momento de comenzar.
Como dice Arjona en la letra de una canción, vamos aclarando el panorama, creo que la ciencia dentro de unos años, concluirá con que existe una correlación directa entre el cáncer de cuello y el estado inmunológico de la paciente (el sistema de vigilancia de nuestro organismo), más allá de la cepa viral y el número de parejas sexuales.
Por todo esto, PROPONGO:
No utilizar más en el ambiente médico y no médico, la palabra promiscuidad, pues, corporizando el problema como una cuestión de género, mejor sería llamarlo falla en nuestra inmunidad y con eso, por ahora, basta.
Graciela Ghirardi
Médica Patóloga
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